Cuestión de Genes
¿Sabías que durante el embarazo el tiroides juega un papel esencial? En este artículo te explicamos la importancia que tienen las hormonas sintetizadas por esta glándula para el correcto desarrollo del feto, y por qué las mujeres con problemas del tiroides deben tener un control más exhaustivo durante el embarazo.
Para entender la relación entre tiroides y embarazo, primero es importante que sepas que el tiroides es una pequeña glándula situada en la parte delantera del cuello cuya forma recuerda a la de una mariposa.
La glándula tiroidea participa en el control de diversos procesos metabólicos a través de la síntesis de dos hormonas, triyodotironina (T3) y tiroxina (T4). Estas dos hormonas están implicadas en múltiples procesos metabólicos del organismo como, por ejemplo:
Cuando se produce un desequilibrio en la síntesis de T3 o T4 hablamos de disfunción tiroidea. En esta situación podemos diferenciar hipotiroidismo, cuando no sintetiza suficiente cantidad de hormonas, o hipertiroidismo, cuando existe un exceso.
Las hormonas del tiroides son imprescindibles para el correcto desarrollo del cerebro y sistema nervioso del bebé. Por este motivo si existe alguna disfunción del tiroides será imprescindible hacer un seguimiento exhaustivo de los niveles hormonales en la gestante. Niveles anómalos de hormonas tiroideas pueden ocasionar complicaciones no solo en la madre, sino también en el bebé.
Durante el embarazo se producen cambios en los niveles hormonales de la mujer. Como podrás saber de nuestro artículo “Descubre las hormonas del embarazo”, la gonadotropina coriónica humana (hCG) y los estrógenos son hormonas que tienen una función esencial en el transcurso del embarazo. Estas hormonas ayudan a aumentar la producción de las hormonas tiroideas. De hecho, durante el embarazo es normal que el tiroides aumente ligeramente de tamaño para poder hacer frente al incremento de las necesidades fisiológicas.
¿Sabías que hay un oligoelemento que resulta esencial para para la formación de las hormonas tiroideas? Se trata del yodo. Las mujeres embarazadas y también las lactantes necesitan aumentar la cantidad de yodo que consumen. Esto se debe al incremento de la síntesis de estas hormonas durante el embarazo. Una deficiencia de yodo podría limitar la producción de estas hormonas y afectar al desarrollo neurológico del bebé.
Además del yodo, existen otros minerales que también tienen un papel muy importante durante el embarazo. Si quieres descubrir cuáles son, te recomendamos leer nuestro artículo Vitaminas y minerales en el embarazo ¿Son los suplementos necesarios en todos los casos?
Durante el embarazo la glándula tiroides incrementa la producción de las hormonas T3 y T4, las cuales son esenciales para numerosos procesos, no solo durante la gestación, sino también durante las primeras semanas de vida del bebé. Estas hormonas son necesarias para:
Es fundamental que la madre sintetice las hormonas tiroideas en cantidades adecuadas durante todo el embarazo ya que entre las semanas 10 y 12 se produce un desarrollo cerebral del feto más activo. El feto comienza a sintetizar sus propias hormonas tiroideas alrededor de la semana 12, aunque no es hasta la semana 20-24 de gestación cuando las produce en una cantidad significativa. No obstante, sigue necesitando un aporte de hormonas tiroideas maternas para cubrir todas sus necesidades hasta el final del embarazo.
Una vez nace el bebé se producen unos cambios fisiológicos en la función tiroidea. Para descartar lo antes posible si el bebé presenta algún problema de tiroides, se lleva a cabo el cribado del hipotiroidismo congénito, dentro de la prueba de cribado neonatal, también conocida como prueba del talón. De este modo, en caso de resultado positivo, la detección temprana permitirá comenzar lo antes posible el manejo de esta patología en el bebé.
Las alteraciones de la glándula tiroides en el embarazo son relativamente frecuentes. De hecho, se trata de la complicación hormonal más común después de la diabetes gestacional.
Alteraciones en la glándula tiroidea pueden aparecer durante la gestación, o bien estar presentes en la mujer antes de quedarse embarazada. En ambos casos, es importante conocer la alteración cuanto antes para seguir un tratamiento adecuado y así evitar posibles complicaciones asociadas a las diferentes disfunciones, como veremos a continuación.
Como hemos visto antes, el hipotiroidismo se da cuando la glándula tiroides no produce suficiente cantidad de hormonas. Si una mujer embarazada tiene esta patología y no se le trata de forma adecuada, se incrementa el riesgo de complicaciones tanto en el feto como en la madre.
Riesgos en el feto:
Riesgos maternos:
En la mayoría de los casos el hipotiroidismo durante el embarazo se origina por una patología autoinmune conocida como enfermedad de Hashimoto. El sistema inmune ataca las células del tiroides de forma que impide su correcto funcionamiento.
En cuanto al hipertiroidismo, que como explicamos previamente consiste en un exceso de hormonas tiroideas, puede incrementar el riesgo de complicaciones si no se controla de forma correcta durante el embarazo.
Complicaciones fetales:
Complicaciones maternas:
Generalmente el hipertiroidismo durante el embarazo está asociado a la enfermedad de Graves, que, como el caso anterior, se trata de una enfermedad autoinmune que puede dar la cara en el embarazo. En ocasiones la madre ya sabe que tiene esta enfermedad y podrá hacer un seguimiento más exhaustivo incluso antes de quedarse embarazada. De forma menos frecuente, el hipertiroidismo puede deberse a que el organismo produzca demasiada hCG que hiperestimula el tiroides. En estos casos, generalmente, los síntomas cesan tras el primer trimestre, cuando la producción de hCG disminuye.
Cada vez es más frecuente que, antes de ampliar la familia, las parejas se realicen un chequeo médico. Esto es especialmente importante en el caso de presentar posibles alteraciones subclínicas del tiroides que puedan dar la cara durante el embarazo. Se ha comprobado que las mujeres que siguen un tratamiento antes de quedarse embarazadas para corregir la disfunción tiroidea tienen menos riesgo de complicaciones que aquellas que inician su tratamiento cuando ya lo están. Existen diferentes abordajes terapéuticos para corregir la disfunción tiroidea tanto antes como durante el embarazo, los cuales deberán ser siempre prescritos y controlados por el especialista.
En cualquier caso, si la mujer padece hipotiroidismo o hipertiroidismo su vigilancia durante el embarazo deberá ser más exhaustiva ya que habrá que comprobar si existen síntomas y si el aporte de hormonas tiroideas al feto es suficiente.
Es relativamente frecuente que tras el parto se produzca una inflamación del tiroides conocida como tiroiditis posparto. En estos casos, en los primeros meses la inflamación tiene un efecto hiperactivo sobre el tiroides el cual aumenta su producción de hormonas, que acaba revirtiendo haciéndolo hipoactivo. La primera situación suele durar unos 3 meses, mientras que el hipotiroidismo puede alargarse un año. Aunque es frecuente que en la tiroiditis posparto la mujer presente ambas situaciones, es posible que solo se dé una u otra.
Esta patología es más común en aquellas mujeres que presentan:
Durante el embarazo, la mujer se realiza un montón de pruebas, analíticas, ecografías, etc. todas ellas encaminadas a controlar el correcto desarrollo del feto y la salud de la madre.
Son muchas las preocupaciones que pueden tener los padres durante el embarazo, entre ellas la relación entre tiroides y embarazo, además de realizar controles para ver que los niveles hormonales sean los adecuados, otra de las pruebas más extendidas es el cribado de alteraciones cromosómicas. Cada vez son más las parejas que deciden realizarse un test prenatal no invasivo para conocer si el futuro bebé tiene riesgo de presentar este tipo de alteraciones.
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Bibiana Palao - Directora Departamento Científico
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