Cuestión de Genes
El síndrome de Turner es un trastorno genético descrito en 1938 por H. Turner, cuya base genética se conoció en 1959 por C. E. Ford, determinando que se trata una alteración en los cromosomas sexuales que afecta a las mujeres. En este artículo te contamos en qué consiste este síndrome y cómo es posible detectarlo de manera prenatal.
Antes de comenzar, recordamos brevemente la información incluida en otros posts como Genes y cromosomas: ¿cómo determinan nuestra vida y salud? Los seres humanos presentamos 23 pares de cromosomas, uno heredado de cada progenitor, presentando un total de 46 cromosomas. Los primeros 22 pares de cromosomas se denominan cromosomas autosómicos y el par 23 son los cromosomas sexuales, y determinan el sexo biológico de un individuo, siendo XX en el caso de las mujeres y XY en el caso de los hombres.
La pérdida de uno de los cromosomas de alguno de los pares se denomina monosomía. El síndrome de Turner es un síndrome que solo afecta a las mujeres, ya que se debe a la pérdida total o parcial de un cromosoma X. El síndrome de Turner se considera la única monosomía compatible con la vida. Se estima que tiene una incidencia aproximada de 1 de cada 2.500-3.000 niñas recién nacidas, aunque la incidencia en el momento de la fecundación es mayor y afecta a alrededor del 1-2% de todas las concepciones.
Aproximadamente en el 50% de los casos se produce una pérdida total de uno de los cromosomas X, lo que se conoce como monosomía del cromosoma X o síndrome de Turner clásico. El resto de pacientes presentan una monosomía X en mosaico (solo un porcentaje de las células presentan la alteración) o reordenamientos estructurales en el cromosoma X con o sin mosaicismo. Dentro de los posibles reordenamientos estructurales diferenciamos:
Es importante resaltar que en alrededor del 6-11% de los casos de síndrome de Turner existe mosaicismo con presencia de cromosoma Y en una de las líneas celulares. Identificar estos casos es de especial relevancia, ya que tienen mayor riesgo de desarrollar gonadoblastoma, un tipo de tumor que afecta a las gónadas.
El síndrome de Turner puede aparecer por diversos motivos:
De manera general, suele ocurrir debido a un problema en la formación de los gametos, es decir, del óvulo o del espermatozoide. Para que estas células se formen ocurre un proceso que se denomina meiosis, cuyo objetivo final es obtener células con una única copia de los cromosomas, es decir 23 cromosomas en total, para que cuando se produzca la fecundación el embrión tenga 23 cromosomas de cada gameto, dando a un total de 23 pares de cromosomas, uno heredado de cada progenitor.
Durante la meiosis ocurre un proceso denominado disyunción mediante el cual los cromosomas homólogos de cada par se separan, de forma que cada célula hija tenga una copia de cada cromosoma. Pues bien, si ocurre un fallo y se produce una no-disyunción, estos cromosomas homólogos no se separarán, de manera que una célula hija recibirá dos copias de dicho cromosoma, mientras que la otra célula hija no recibirá ninguna copia. Esto también puede ocurrir en los cromosomas sexuales, dando lugar óvulos (gameto femenino) o espermatozoides (gameto masculino) que no presentan cromosomas sexuales. Si se produce la fecundación de estos gametos, el cigoto resultante puede adquirir una copia de cromosoma Y, situación que no es compatible con la vida, o adquirir una copia del cromosoma X, dando lugar a una monosomía X o síndrome de Turner.
El síndrome de Turner en mosaico tiene un origen diferente. En estos casos, tras la fecundación se produce un error en la división de las células del embrión en una etapa temprana del desarrollo, dando lugar a células con monosomía X. Este error es una no-disyunción igualmente, pero ocurre durante la mitosis. En este caso, las células con la alteración continúan dividiéndose y todas las células que provengan de ella presentarán la misma alteración, mientras que el resto de las células del embrión tendrán el par de cromosomas sexuales normales. En estos casos, las mujeres afectadas presentarán dos líneas celulares diferentes, unas con la alteración y otras sin alteración.
Los antecedentes familiares no parecen ser un factor de riesgo por lo que se considera poco probable que este síndrome se repita en las familias, aunque siempre es aconsejable acudir a un asesor genético para que estudie el caso concreto y comunique la información de manera adecuada.
El fenotipo externo o apariencia de las mujeres con síndrome de Turner es muy variable, por este motivo no hay criterios diagnósticos clínicos y siempre será necesario confirmar el diagnóstico con la realización de un cariotipo. Además, es importante señalar que no todas las manifestaciones posibles van a aparecer en una misma persona y que determinados síntomas dependerán de la edad. A pesar de la variabilidad de fenotipos, sí que existen unos signos y síntomas clínicos típicos del síndrome de Turner:
Otros rasgos físicos frecuentes en las mujeres que presentan este síndrome son:
Además, este síndrome también se asocia a otras complicaciones que afectan a distintas partes del organismo.
Generalmente presentan un desarrollo intelectual dentro de la media, pudiendo hacer una vida independiente en la edad adulta. No obstante, en un pequeño porcentaje se observa una mayor tendencia a presentar déficits de aprendizaje, especialmente en las áreas no verbales como las matemáticas o el dibujo, y tienen un mayor riesgo a desarrollar trastorno de déficit de atención e hiperactividad.
Su pronóstico es generalmente bueno, aunque la esperanza de vida puede ser algo menor que en la población general, debido a las complicaciones secundarias al síndrome.
Generalmente, las niñas afectadas necesitan la atención médica de varios especialistas. Los controles regulares junto con una atención médica adecuada hacen posible que, en la mayoría de los casos, las mujeres puedan tener una vida independiente.
Aunque el tratamiento dependerá en cada caso de los síntomas y complicaciones que se presenten, existen dos terapias que se utilizan en la gran mayoría de los casos:
Como hemos visto, se trata de un síndrome que causa alteraciones en el crecimiento y el desarrollo, por eso es esencial detectarlo lo antes posible, de forma que se puedan tomar medidas preventivas que puedan retrasar la aparición de complicaciones o tratarlas de manera adecuada.
Con la introducción de las pruebas prenatales no invasivas, cada vez es más frecuente detectar el síndrome de Turner prenatalmente. En otros casos, hallazgos ecográficos como malformaciones cardiacas o renales, aumento de la translucencia nucal, entre otros pueden ser indicativos del síndrome de Turner. En cualquiera de estos casos, el síndrome puede diagnosticarse de manera prenatal gracias a la realización pruebas invasivas como la amniocentesis.
Si no se detecta durante el periodo prenatal, generalmente se diagnostica durante la infancia debido a la presencia de los síntomas previamente descritos. Existen algunos casos poco frecuentes en los que el diagnóstico se ha realizado durante la adolescencia o incluso la edad adulta, al presentar signos muy leves del síndrome.Desde Veritas apostamos por el cuidado de la salud desde el primer momento. Por eso ofrecemos myPrenatal, el cribado prenatal no invasivo más completo con el que tu medico podrá evaluar el riesgo del feto a presentar cromosomopatías comunes a partir de la semana 10 de gestación. Si quieres más información, no dudes en contactar con nosotros.
Maria Moreno - Medical Science Liaison Manager
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