Cuestión de Genes

Las rutinas indispensables en la higiene del bebé

Mantener una adecuada higiene del bebé es muy importante para evitar irritaciones o infecciones en su piel y otros órganos. Además de elegir productos adecuados, es recomendable que sigas una serie de rutinas para conseguir que tu bebé además de limpio, esté saludable y feliz. ¡Descúbrelas en este artículo!

Consejos para bañar a tu bebé sin dañar su piel 

¿Sabes que no es recomendable bañar a los bebés durante sus primeras horas de vida? Al hacerlo se eliminaría la vérnix caseosa, una sustancia de consistencia pastosa y color blanquecino que impregna la piel del recién nacido. Tiene propiedades hidratantes, aislantes y antimicrobianas, por eso la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda esperar a bañarlo por primera vez al menos 24 horas de su nacimiento, y si esto no es posible, no hacerlo nunca antes de las 6 horas. 

A partir de ese momento hay que comenzar una rutina diaria de baños.

Para que sea adecuada, ten en cuenta los siguientes consejos:

  • Elige un momento tranquilo para bañar al bebé: da igual que sea por la mañana o por la noche, lo importante es que sea un momento relajado e íntimo y tenga lugar sin distracciones ni prisas.  Muchos padres tienen el hábito de bañar a sus bebés al final de la tarde. Es un buen momento porque el bebé queda relajado antes de dormir, y además contribuye a establecer una rutina desde los primeros momentos de su vida.
  • Cuida la temperatura de la habitación: es recomendable que la estancia en la que bañas al bebé tenga unos 23ºC y no tenga corrientes de aire. 
  • Utiliza una bañera adecuada: conviene que no incluya ningún material tóxico, no tenga partes puntiagudas, y sea sólida y estable. De este modo evitarás que el bebé pueda caerse o golpearse.
  • Llena la bañera con unos 10-15 centímetros de agua: esta cantidad es suficiente para lavar al bebé. 
  • Examina la temperatura del agua: lo adecuado es que sea de unos 36ºC. Para comprobar que no va a quemar al bebé, puedes introducir en el agua el dorso de la mano o el codo.
  • Usa jabón con pH neutro y en muy poca cantidad, y aclara al bebé con el mismo agua de la bañera.
  • Controla el tiempo de duración del baño: en los primeros baños del bebé es recomendable que no se prolonguen más de dos minutos. Con el paso del tiempo pueden ir prolongándose y convertirse en un momento de disfrute y relax tanto para el niño como para los padres. 
  • Seca al bebé sin frotar con la toalla: tras el baño, hay que sacar con cuidado al bebé de la bañera y envolverlo en una toalla que esté seca y templada. Con ella absorberemos la humedad dando toquecitos suaves, pero nunca frotando, ya que podríamos irritar su piel, que es muy sensible.
  • Hidrata la piel del bebé: el último paso de la rutina de baño consiste en hidratar la piel del bebé masajeando su piel con lociones especialmente formuladas para bebés.  

Higiene y cuidado del ombligo del bebé 

El cordón umbilical se corta nada más nacer el bebé, a unos cuatro centímetros de su abdomen. El fragmento de cordón sobrante tarda en desprenderse entre 5 y 20 días y una vez que lo hace, queda una herida en el ombligo que tarda en cicatrizar entre 3 y 5 días.  Durante este proceso, el ombligo del bebé requiere ciertos cuidados:

  • Limpia diariamente la zona con agua y jabón: puedes hacerlo durante el momento del baño. Antes de que se caiga, el cordón umbilical cambiará de color amarillo a negro. No te asustes, es algo completamente normal.
  • Evita la humedad en esa zona: se trata de una herida, por lo que conviene mantenerla seca y limpia para evitar infecciones y ayudar a que cicatrice. Tras los baños, asegúrate de eliminar bien la humedad secando con mucho cuidado.
  • No utilices ombligueros ni fajas, ya que pueden favorecer infecciones y además dificultar la respiración del bebé.
  • Presta atención a cualquier cambio de estado de esa zona: si observas secreciones, sangre o mal olor, acude inmediatamente a tu pediatra ya que podría haber una infección.

Como hemos comentado, la limpieza de la zona puede hacerse durante el momento del baño, y con ello es suficiente. Sin embargo puede ser que tu pediatra te recomiende complementar el cuidado de la zona aplicando una gasa impregnada en alcohol al 70% o con clorhexidina, esto puede hacerse dos o tres veces al día y después del baño, y también cuando la zona se ensucie con orina o heces.

Para hacer de forma correcta esta limpieza:

  • Da toquecitos en sentido circular alrededor de la base del ombligo, sin hacer contactos prolongados con la piel del bebé.
  • Nunca uses productos con yodo, opta solo por el alcohol o la clorhexidina, siguiendo siempre las instrucciones de tu pediatra. 

Higiene del bebé en orejas, nariz, ojos y dientes

Oídos

  • Nunca limpies los oídos por dentro, y menos utilizando bastoncillos u objetos punzantes.
  • No limpies la cera que segrega el oído, ya que es un mecanismo de defensa del organismo.
  • Si es necesario, limpia la parte externa del oído, utilizando una gasita para cada oído, impregnada en suero fisiológico. 

Nariz

  • No te preocupes por los estornudos del bebé, ya que son un mecanismo innato para limpiar las fosas nasales. Les permite eliminar partículas de polvo o restos de leche que pueden regurgitar, un fenómeno que como te explicamos en el artículo «¿Cuándo puede ser peligroso el vómito del recién nacido?» es muy común en bebés. 
  • Si hay secreciones nasales, puedes limpiarlas con suero fisiológico después del baño.
  • Si el bebé presenta mucho moco, puedes hacerle un lavado nasal utilizando suero fisiológico administrado con una perilla de goma.  

Ojos

  • Si el bebé tiene legañas, retíralas usando una gasa impregnada en suero fisiológico. Es muy importante que uses una para cada ojo, y que limpies la zona del lagrimal hacia fuera.
  •  Si los ojos del bebé están rojos, acude al pediatra, pues podría haber una infección.

Dientes

  • Una vez que al bebé le empiezan a salir los dientes, límpialos todos los días con una

gasita mojada en agua.

Cómo cuidar de la zona del pañal

  • Cambia de pañal al bebé frecuentemente: así evitarás la humedad prolongada en esta zona.
  • No abuses de las toallitas higiénicas o limpies la zona en exceso, ya que se podría deteriorar la barrera cutánea del bebé, creando más irritación. 
  • Limpia el área usando agua y jabón neutro. Si usas toallitas desechables, han de ser especiales para este fin y, como comentamos en el punto anterior, conviene no abusar de ellas.
  • Limpia la zona desde adelante hacia atrás, para reducir riesgo de infección en los genitales, sobre todo en niñas.
  • Una vez limpia, seca bien la zona para evitar humedad.
  • Para prevenir las irritaciones de la zona puedes usar cremas (debes consultar con el pediatra cuál considera que es más adecuada), o bien esperar unos minutos antes de poner el nuevo pañal al bebé, para que la piel del bebé respire y pierda la humedad.
  • Descarta los polvos de talco: aunque se han usado mucho en décadas anteriores, hoy en día se desaconsejan ya que, además de que retienen la humedad, impiden la transpiración por los poros de la piel y pueden ser tóxicos si el bebé los aspira.
  • Elige pañales testados clínica y dermatológicamente, ya que el pañal es un producto que está en contacto constante con una zona de la piel del bebé que es especialmente delicada. Por eso, además, opta por pañales con buena capacidad de absorción y que ofrezcan al pequeño libertad de movimientos. 

Esperemos que estos consejos sobre la higiene del bebé te sean útiles para resolver dudas y te ayuden a disfrutar con más tranquilidad de la aventura que supone la llegada de un nuevo miembro a la familia.  

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