Cuestión de Genes
Cuando una pareja está tratando de concebir, las pérdidas gestacionales suponen un problema que puede resultar puntual o puede repetirse en sucesivos embarazos. Esta situación crea incertidumbre tanto a los padres como a los profesionales de la salud, que en muchos casos buscan respuestas para poder tomar medidas en caso de ser necesario.
Desafortunadamente, cerca del 25% de las gestaciones terminan en pérdida involuntaria del embarazo, causada generalmente por una alteración genética en el feto. En estos casos, es importante identificarla con el objetivo de determinar el riesgo de recurrencia en futuros embarazos o la necesidad de realizar estudios genéticos a los padres. Actualmente la incorporación de la tecnología NIPT (Non-Invasive Prenatal Testing) al estudio de las causas cromosómicas de los abortos ha supuesto un hito para progenitores y parejas.
Las interrupciones involuntarias del embarazo suelen producirse en las primeras semanas de embarazo, pero pueden ocurrir en cualquier momento durante la gestación. Cuando ocurren 2 o más pérdidas en gestaciones consecutivas se consideran pérdidas gestacionales recurrentes. A pesar de que existan pérdidas gestacionales recurrentes, no se descarta la posibilidad de concebir un embarazo viable y dar a luz un bebé sano. En muchas ocasiones conocer la causa subyacente de estas pérdidas gestacionales puede proporcionar información valiosa para tomar medidas que aumenten las posibilidades de un embarazo viable y un parto saludable.
Factores que pueden afectar a la viabilidad del embarazo
Las causas de las interrupciones espontáneas del embarazo son muy variables y en algunos casos no se puede llegar a identificar el motivo, sin embargo, existen factores anatómicos, genéticos, estilo de vida o condiciones previas que están bien establecidos como factores que pueden afectar al embarazo.
Factores anatómicos
Las causas anatómicas que pueden dar lugar a una pérdida gestacional incluyen anomalías en la cavidad uterina como el útero septado que se presenta cuando la cavidad uterina se encuentra separada por un tabique. Los miomas uterinos, también pueden ser causantes de abortos involuntarios, especialmente cuando se encuentran en el interior de la cavidad uterina, ya que no permite el desarrollo correcto de la placenta. El diagnóstico de algunas de estas alteraciones suele ser la ecografía de ultrasonido o radiografía uterina.
Factores inmunológicos
Las causas inmunológicas se pueden dividir en autoinmunes y aloinmunes. Dentro de las autoinmunes se encuentran algunas alteraciones que generan un estado de hipercoagulabilidad de la sangre materna, creando coágulos que pueden llegar a la placenta y afectar el flujo de sangre hasta el feto. Un ejemplo de estas es el síndrome antifosfolipídico, un tipo de trombofilia adquirida, que produce un rechazo del sistema inmune de la madre hacia los tejidos del feto.
Por otro lado, las pérdidas gestacionales de origen aloinmune se dan cuando el sistema inmune de la madre genera una reacción ante el feto y produce anticuerpos para rechazarlo. Por ejemplo, la incompatibilidad de Rh se da cuando la sangre de la madre Rh negativo y la sangre del feto Rh positivo entran en contacto. Este tipo de incompatibilidad no genera daño al primer embarazo, sin embargo, a la hora del parto las sangres entran en contacto y el sistema inmune de la madre genera anticuerpos que en un segundo embarazo podría causar una pérdida gestacional, por rechazo al feto.
Factores genéticos
La mayoría de los abortos espontáneos tiene un componente genético subyacente. La presencia de aneuploidías en el feto es la causa mayoritaria de aborto, estas anomalías son el resultado de gametos con un número mayor o menor de cromosomas respecto a lo esperado. Las aneuploidías en el feto se suelen asociar a la edad de la madre, a partir de los 35 años el riesgo aumenta exponencialmente. Cuando la causa de un aborto espontáneo es una aneuploidía, el riesgo de recurrencia en futuros embarazos no tiene por qué ser elevado, pero la edad de la madre siempre debe ser un factor por considerar.
Además de las aneuploidías, alrededor del 4% de las pérdidas gestacionales están causadas por otro tipo de variaciones genéticas: deleciones y duplicaciones a lo largo del genoma fetal. En muchos casos, estas aneuploidías parciales en el feto ocurren por la presencia de traslocaciones balanceadas no diagnosticadas en alguno de los progenitores. En el caso de que estas se transmitan a la descendencia generan un reordenamiento cromosómico desbalanceado que puede causar un aborto espontáneo.
Cuando se detecta una deleción o duplicación como causante de un aborto espontáneo, es importante realizar un cariotipo a los progenitores para descartar la presencia de traslocaciones balanceadas, ya que su riesgo de recurrencia es mayor en siguientes embarazos.
Estudios en casos de pérdida gestacional
Hasta ahora, para determinar si existe una causa genética tras la perdida gestacional, se realiza la recogida de los restos abortivos o una toma de biopsia corial para ser analizados posteriormente. Este tipo de estudios aportan información muy relevante, pero cuentan con algunas limitaciones. La tasa de éxito de estos estudios es limitada, alrededor de un 53%, ya que generalmente requieren de cultivo celular previo y existe la posibilidad de contaminación del ADN fetal con el ADN materno, lo cual altera el resultado del estudio.
Adicionalmente, la recogida de estos tipos de muestras requiere de contenedores y condiciones de conservación determinados y en el caso de la biopsia corial, es necesario que el procedimiento se realice en centros especializados que cuenten con el equipamiento específico. Si el estudio falla, el mayor inconveniente es que no se podría realizar una segunda toma de muestra, por lo que la tasa de fallo tiene aún más relevancia. Dada la complejidad de la toma de muestra y la tasa de fallo de los estudios, hasta ahora no se planteaba, generalmente, realizar estudios genéticos sobre los restos fetales hasta el segundo o tercer aborto.
Actualmente, gracias a los avances tecnológicos, ha sido posible la adaptación de la tecnología utilizada para las pruebas prenatales no invasivas (NIPT) al estudio de alteraciones cromosómicas fetales en caso de pérdidas gestacionales, para establecer si existe una causa genética. Este tipo de pruebas mejoran sustancialmente la tasa de éxito de dichas pruebas y además permiten simplificar la toma de muestra, ya que solo es necesaria una muestra de sangre materna.
Esta metodología permite detectar las aneuploidías en todos los cromosomas y el análisis de deleciones y duplicaciones en los cromosomas autosómicos incluso si la pérdida ocurre durante las primeras semanas de gestación, ya que el ADN libre fetal aumenta su concentración en sangre materna al detenerse el desarrollo fetal. La toma de sangre materna debe realizarse antes de ejecutar el legrado para maximizar las probabilidades de obtener un resultado.
Al simplificar la toma de muestra, es posible realizar la prueba incluso tras una primera pérdida gestacional, principalmente en mujeres de edad avanzada o con dificultades para concebir.
Interpretación de los resultados
Si la prueba determina que la causa del aborto es una trisomía, el riesgo de recurrencia es bajo (siempre considerando la edad materna), mientras que, si la causa es una deleción/duplicación, puede existir un reordenamiento balanceado en los padres que aumente el riesgo de recurrencia en próximos embarazos, por lo que es necesario estudiar a los padres.
Los estudios genéticos están transformando nuestra comprensión y abordaje de los abortos recurrentes. Al identificar las causas subyacentes, podemos avanzar hacia la prevención y tratamientos más efectivos, brindando mejores posibilidades a aquellos que enfrentan este desafío emocional.
En Veritas somos expertos en medicina genómica prenatal y estamos comprometidos con la investigación y el desarrollo de nuevas soluciones que mejoren la atención médica en esta área. Por este motivo, hemos sido pioneros en el desarrollo y lanzamiento de PregnancyLoss, prueba para casos de interrupción involuntaria del embarazo que permite determinar si existe una causa cromosómica, con el objetivo de realizar estudios complementarios.
Manuela Chica
Product Specialist
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