Cuestión de Genes
Todavía queda mucho por conocer acerca de los procesos que intervienen en el envejecimiento. Factores externos como el tabaco, el estrés o una mala alimentación pueden acelerarlo, sin embargo, también existen procesos endógenos que juegan un papel importante, entre ellos, el acortamiento de los telómeros se ha posicionado como uno de los factores más estudiados.
¿Qué son los telómeros?
Los telómeros son las regiones del ADN situadas al final de los cromosomas y están principalmente constituidas por secuencias repetitivas, en concreto los telómeros humanos son una repetición de la secuencia de bases TTAGGG. Estos actúan como los extremos de los cordones de nuestras zapatillas, pero en lugar de mantener los cordones unidos, mantienen nuestros cromosomas intactos, preservando así la integridad cromosómica y protegiendo el ADN codificante de la acción enzimática. Además, ejercen efecto sobre la transcripción de genes situados en regiones subteloméricas e interactúan con los mecanismos de regulación del ciclo celular.
Dentro del proceso normal de división celular, un pequeño fragmento del telómero se va perdiendo con cada ciclo. Cuando los telómeros alcanzan una longitud crítica, se considera que la célula está envejecida y se produce la muerte programada o apoptosis. La velocidad a la que se produce el acortamiento de los telómeros puede variar entre individuos. Este proceso tiene un componente genético importante, aunque existen factores externos que también pueden influir.
La telomerasa es una enzima que se encarga de alargar los telómeros, extendiendo la vida de las células. La actividad de esta enzima predomina en células sexuales, algunas hematopoyéticas y células que se renuevan rápidamente.
Telómeros y enfermedades relacionadas con la edad
Los telómeros cortos y la actividad de la telomerasa no sólo se vinculan al envejecimiento en sí, sino también a diversas patologías relacionadas con la edad, como las enfermedades cardiovasculares, diabetes, enfermedades neurodegenerativas y ciertos tipos de cáncer.
La aterosclerosis es una enfermedad sistémica relacionada con el envejecimiento. Existe evidencia que muestra la interacción entre la senescencia celular y la aterosclerosis, por lo que la longitud de los telómeros en estas células parece tener un papel relevante. Cada vez se desarrollan más líneas de investigación que señalan la determinación de la longitud telomérica de leucocitos en sangre como un marcador de riesgo de enfermedad cardiovascular aterosclerótica. En general, los individuos con telómeros más cortos en sangre podrían presentar mayor riesgo de enfermedad cardiovascular.
En afecciones como la diabetes tipo 2 se ha observado que los pacientes que presentan telómeros más cortos son más proclives a una progresión más rápida de la enfermedad o a presentar complicaciones relacionadas con esta patología. En cualquier caso, la evidencia publicada es muy preliminar y limitada a estudios observacionales.
Telómeros y cáncer
La edad se considera uno de los factores de riesgo relacionado con el cáncer, sin embargo el desarrollo de esta esta patología se ve influenciado por muchos más factores. Está bien establecido que el tamaño de los telómeros tiene un doble papel: su acortamiento puede conducir a la inducción de la inestabilidad cromosómica y al inicio de formación de tumores, pero una vez que la trasformación maligna se ha iniciado, la reactivación de la telomerasa por parte del tumor es necesaria para estabilizar los cromosomas y obtener la inmortalidad de las células cancerígenas.
Por ejemplo, en algunos estudios se ha observado que en tejido de cáncer de mama y de próstata, los telómeros cortos se relacionan con un estado avanzado del cáncer, una progresión más rápida y una peor supervivencia.
En contraste con las células somáticas sanas, el tejido tumoral humano se caracteriza por una alta actividad de la telomerasa, lo que confiere a las células cancerígenas la capacidad de progresión y supervivencia. El equilibrio en la actividad de la telomerasa podría ser la clave para futuras dianas terapéuticas en algunos tipos de cáncer.
Enfermedades genéticas relacionadas con los telómeros
Existen mutaciones en genes que intervienen en la función de la telomerasa o en el mantenimiento de los telómeros, dando lugar a una serie de afecciones clínicas denominadas telomeropatías que pueden heredarse de padres a hijos. Estas enfermedades afectan a distintos sistemas y se asocian con la pérdida prematura de células repobladoras de tejidos, lo que lleva a la pérdida de homeostasis tisular y capacidad regenerativa de los órganos.
El cuadro clínico puede variar dependiendo de la edad de diagnóstico, el tipo de herencia y los genes específicos que presentan la mutación. Entre algunas de las telomeropatías se encuentran la disqueratosis congénita, anemia aplásica, fibrosis pulmonar, entre otras.
Por ejemplo, la disqueratósis congénita es una enfermedad rara y progresiva que afecta al cromosoma X y cursa con insuficiencia de médula ósea, fibrosis hepática y malformaciones arteriovenosas pulmonares entre otros. En cambio, la fibrosis pulmonar idiopática se caracteriza por ser una enfermedad rara y crónica, que además de tener un componente hereditario se ve influida por factores de riesgos externos.
En algunos tipos de telomeropatías, las manifestaciones de la enfermedad se producen a una edad más temprana y con fenotipos más graves en generaciones sucesivas, lo cual se denomina anticipación genética. Muchos de estos trastornos genéticos presentan signos y síntomas que difieren entre las personas afectadas, incluyendo parientes.
Factores externos en el acortamiento de telómeros
Las alteraciones genéticas y los factores ambientales pueden coexistir, llevando a un incremento del daño y erosión de los telómeros. Existen investigaciones publicadas que sugieren la influencia de ciertos comportamientos y hábitos de vida en la tasa de acortamiento de los telómeros. Algunos de estos factores incluyen:
En algunos estudios se ha observado que la longitud de los telómeros parece ser más corta en los fumadores que en los no fumadores, así como en personas con estilos de vida poco saludables. Con el avance de la tecnología y el conocimiento es posible que la longitud de los telómeros pueda servir como un factor de riesgo adicional para determinadas enfermedades y por lo tanto actuar como una herramienta de prevención.
En resumen, los telómeros desempeñan un papel crucial en el envejecimiento y la salud en general. Si bien no podemos detener los procesos de envejecimiento, podemos influir en la velocidad a la que nuestros telómeros se acortan. La adopción de un estilo de vida saludable, que incluya la gestión del estrés, una dieta equilibrada, el ejercicio y abstención de hábitos perjudiciales, puede contribuir a un envejecimiento saludable.
En Veritas, estamos comprometidos con la prevención a través de la genética, si necesita más información, póngase en contacto con nosotros y responderemos a todas sus preguntas.
Manuela Chica
Product Specialist
Quizá te puede interesar…
Deja un comentario
No hay comentarios
Todavía no hay ningún comentario en esta entrada.