Cuestión de Genes
La ecografía del primer trimestre sirve para confirmar el tiempo real de gestación, comprobar si se trata de un embarazo único o gemelar y medir el pliegue nucal, principal marcador de alteraciones cromosómicas. Todo ello hace que esta sea una de las ecografías más importantes que se realizan durante el embarazo. En este artículo te explicamos al detalle en qué consiste.
Una ecografía es una prueba que nos permite obtener imágenes de los órganos y estructuras internas del cuerpo gracias a los ultrasonidos, unas ondas sonoras que emite el ecógrafo y que son imperceptibles al oído humano.Estas ondas, al impactar con los tejidos, producen un eco que la tecnología interpreta y transforma en imagen. Aplicadas al embarazo, las ecografías proporcionan imágenes del interior del útero y del feto.
Es importante aclarar que las ecografías son completamente inocuas, y no suponen ningún riesgo ni para la madre ni para el feto.
Durante el embarazo, las ecografías pueden realizarse de dos formas:
Como vemos, cada modalidad de ecografía se usa en periodos concretos del embarazo. Sin embargo,para obtener una información más completa, en algunas ocasiones durante el primer trimestre se realizan ambos tipos de ecografía, ya que varios estudios demuestran que estas completan la información en un 15-20%.
En los embarazos de bajo riesgo se recomienda realizar 3 ecografías, una en cada trimestre. Por eso, la ecografía del primer trimestre es normalmente la primera ecografía que se hace a las mujeres embarazadas. Tiene lugar entre la semana 11 y la 14, siendo el momento óptimo la semana 12.
En los últimos años, esta ecografía ha pasado a considerarse una de las más importantes del embarazo. Esto se debe en gran parte a que en esta ecografía se mide el pliegue nucal del feto. La importancia de este parámetro la explicaremos más adelante.
Pero, además de medir el pliegue nucal, la ecografía del primer trimestre tiene los siguientes objetivos:
Una pregunta recurrente sobre la ecografía del primer trimestre es si permite detectar el sexo fetal. La respuesta es que depende de varios factores, como la posición del feto y la definición del ecógrafo. Si no es posible determinarlo aún, habrá que esperar a la ecografía de la semana 20, en la que ya serán claramente visibles los órganos sexuales del bebé.
El pliegue o translucencia nucal es uno de los parámetros que se utilizan en el cribado de alteraciones cromosómicas, conocido como triple screening o cribado combinado del primer trimestre.
En este cribado, la medida del pliegue nucal se combina con la edad de la madre y con dos marcadores bioquímicos que se analizan en una muestra de sangre materna, para calcular el índice de riesgo que tiene el bebé de presentar síndrome de Down (trisomía 21) y otros síndromes genéticos como el síndrome de Edwards (trisomía 18) o el síndrome de Patau (trisomía 13).
Pero ¿qué tiene que ver la medida del pliegue nucal con las alteraciones cromosómicas? Pues bien, los bebés que entre la semana 11 y 14 presentan pliegue nucal aumentado tienen más riesgo no solo de tener cromosomopatías sino también de presentar otros problemas como defectos cardiacos.
El pliegue nucal es el espacio que se encuentra en la parte posterior del cuello del feto. Entre las semanas 11 y 14 del embarazo se desarrolla el sistema linfático del feto, y se acumula cierta cantidad de líquido linfático en esta zona, que puede medirse gracias a una ecografía. Si en estas semanas se detecta una acumulación mayor a lo que se considera normal, se interpreta como un mayor riesgo del bebé a presentar alguna de las anomalías vistas anteriormente. Cabe destacar que a partir de la semana 14 de gestación, el sistema linfático del feto se ha desarrollado suficientemente para que una acumulación de líquido en esta zona pueda desaparecer, siendo a partir de entonces un marcador menos fiable.
El cribado combinado del primer trimestre o triple screening tiene una tasa de detección del 90%. Esto significa que 10 de cada 100 fetos afectados por una cromosomopatía no son detectados. Además, la tasa de falsos positivos es del 5%, es decir, 5 de cada 100 mujeres obtendrán un resultado de alto riesgo erróneo.
Cuando el resultado del índice de riesgo que arroja el cribado del primer trimestre es alto, se recomienda una prueba diagnóstica de carácter invasivo para confirmar o descartar una cromosomopatía. Esta prueba diagnóstica puede ser una amniocentesis o una biopsia de vellosidades coriales, y aunque es bajo, implica cierto riesgo de pérdida fetal. Por este motivo, la tasa de falsos positivos del cribado combinado supone una limitación a esta prueba, ya que 1 de cada 20 mujeres se realizarán un procedimiento invasivo innecesario.
Hoy en día gracias a los avances de la ciencia contamos con una prueba de cribado no invasiva más precisa que el triple screening, capaz de detectar un porcentaje más alto de fetos afectados por cromosomopatías y de reducir el número de mujeres que tienen que someterse a una prueba invasiva de forma innecesaria.
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Maria Moreno - Medical Science Liaison Manager
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