Cuestión de Genes
Las hormonas son unas sustancias esenciales para el correcto funcionamiento del organismo y algunas de ellas desempeñan un papel fundamental durante el embarazo. Hay determinadas hormonas que únicamente se sintetizan durante este periodo, otras aumentan sus niveles y otras, por el contrario, los disminuyen. Controlar las concentraciones de las hormonas durante el embarazo puede ayudar a detectar posibles complicaciones.
¿Te gustaría saber más sobre la relación entre hormonas y embarazo? En este artículo te explicamos cuáles son algunas de las más importantes en este periodo y por qué es necesario controlar sus niveles.
Las hormonas son unas sustancias químicas que segregan unas células especializadas localizadas en diferentes glándulas de nuestro cuerpo. Son transportadas por la sangre hacia los diferentes órganos y tejidos, y pueden definirse como mensajeros químicos del cuerpo, ya que comunican a diferentes células qué deben hacer, según las distintas necesidades del organismo a cada momento.
Las hormonas intervienen en procesos metabólicos, de crecimiento y desarrollo, reproductivos, e incluso afectan al estado de ánimo.
Las hormonas son esenciales para infinidad de procesos, desde activar el crecimiento óseo durante las etapas de desarrollo, iniciar la pubertad con la secreción de hormonas sexuales o activar la entrada de glucosa a las células gracias a la insulina.
Pero ¿y durante el embarazo?, ¿qué es lo que le pasa a nuestro cuerpo?
Durante el embarazo el cuerpo de la mujer experimenta numerosos cambios físicos y fisiológicos que permiten el desarrollo del feto, en los cuales el papel de las hormonas es imprescindible, sobre todo el de algunas de ellas, como veremos a continuación.
También se conoce como la hormona del embarazo, ya que solo se segrega en este periodo, sintetizándose de forma casi exclusiva por la placenta. La hormona hCG aumenta rápidamente su nivel nada más producirse la implantación del embrión en el útero, y normalmente es detectable en sangre u orina pasados unos ocho días tras la fecundación. Por este motivo es la hormona que se detecta en los test de embarazo. Además, se ha señalado como la responsable de las típicas molestas náuseas y vómitos de este periodo. A partir de la implantación, la hormona hCG irá aumentando de forma exponencial, duplicando sus niveles cada cuarenta y ocho horas. No es hasta aproximadamente la décima semana de embarazo cuando el nivel de hCG se estabiliza y comienza a disminuir poco a poco.
La gonadotropina coriónica humana también tiene otro papel fundamental. Desde hace más de 20 años se utiliza como un parámetro en las pruebas que se realizan durante el primer trimestre que determinan el riesgo de que el feto presente ciertas alteraciones cromosómicas como el síndrome de Down, que es uno de los síndromes genéticos más frecuentes durante el embarazo. Esta prueba se conoce como triple screening o cribado del primer trimestre, y se realiza combinando la edad de la madre, la medida del pliegue nucal (mediante ecografía) y un análisis bioquímico que analiza precisamente la subunidad beta libre de hormona hCG junto con la PAPP-A. Cuando un feto presenta una alteración cromosómica, los parámetros están fuera de los rangos normales, en el caso de la hCG se ve aumentado.
La proteína A asociada al embarazo o PAPP-A se sintetiza en la placenta e interactúa con factores de crecimiento que juegan un papel fundamental en la implantación y crecimiento de la placenta y el feto.
Igual que en el caso anterior, este parámetro se utiliza dentro del triple screening, para establecer el riesgo de alteraciones cromosómicas en el feto.
Está hormona también se denomina somatomamotropina coriónica humana y, al igual que la hCG, se sintetiza en la placenta. Tiene una estructura muy similar a la hormona del crecimiento, por lo que se puede considerar la hormona de crecimiento fetal. Ayuda al crecimiento del feto alterando el metabolismo de la madre, ya que restringe el aporte de carbohidratos, dejándolos disponibles para el crecimiento fetal.
La mayor concentración de esta hormona se da al término de la gestación, por lo que también parece participar en la preparación del tejido mamario de cara a la lactancia.
La prolactina es una hormona producida por la hipófisis. Ayuda a estimular la producción de leche materna, por lo que los niveles aumentan de 10 a 20 veces durante el embarazo. Tras el nacimiento, los valores se mantienen elevados si la madre da el pecho. De lo contrario, los niveles de prolactina vuelven a los valores normales poco después de dar a luz.
Los estrógenos están presentes en todas las mujeres y son una de las principales hormonas sexuales femeninas. Normalmente se sintetizan en los ovarios, pero durante el embarazo, también se sintetizan en la placenta. Por este motivo el nivel de estrógenos aumenta durante la gestación. El estradiol es un tipo de estrógeno que tiene funciones relevantes durante el embarazo, ya que ayuda a la maduración ósea del feto y a mejorar el flujo sanguíneo del útero y su crecimiento. Los estrógenos también estimulan el crecimiento del pecho para favorecer la producción de leche materna.
La progesterona también es una hormona sexual que se sintetiza en cada ovulación. Su función es estimular el engrosamiento de las paredes del útero para que el óvulo fertilizado sea capaz de implantarse. Si no se produce la fecundación, los niveles de progesterona irán disminuyendo al final de cada ciclo menstrual.
Sin embargo, si se produce la fecundación, los niveles de progesterona se mantienen para que el cigoto (óvulo fertilizado) se implante correctamente y, por tanto, el embarazo siga hacia delante. A partir de la semana 12 aproximadamente, la progesterona también comenzará a ser segregada por la placenta. Asimismo la progesterona ayuda a inhibir las contracciones uterinas antes de que sean necesarias. También participa en la preparación de las glándulas mamarias para favorecer la producción de leche materna.
La oxitocina se produce durante todo el embarazo, aunque tiene un papel fundamental al final del mismo, momento en el que aumenta su concentración. Es responsable de inducir las contracciones durante el parto para dilatar el cuello del útero y activar la liberación de la leche materna dando comienzo a la lactancia. Tras el parto también es importante para ayudar a que el útero se contraiga y recupere su tamaño habitual.
La oxitocina es sintetizada por la hipófisis, glándula localizada en el cerebro, y ejerce otras muchas funciones en el organismo.
Es una hormona presente durante el ciclo menstrual de la mujer. Sus niveles aumentan durante los primeros días del ciclo y parece estar involucrada en preparar el endometrio para la implantación. Si no se produce una fecundación del óvulo los niveles bajan aproximadamente a partir del día 14 del ciclo. Durante el embarazo, la relaxina tiene dos picos, uno durante el primer trimestre y otro al final del embarazo, durante el parto. Entre sus funciones, parece participar en aumentar el flujo renal y la elasticidad de las arterias, y favorecer la relajación de los ligamentos pélvicos.
Esperamos que este artículo te haya ayudado a comprender el papel que tienen las hormonas en el embarazo. Como ves, durante el embarazo aumentan los niveles de varias hormonas. Estas modificaciones, a menudo son las responsables de algunos síntomas típicos del embarazo, como son el cansancio, el aumento de la temperatura corporal o cambios en el estado de ánimo. Por lo general, estos síntomas son más acusados en el primer trimestre de embarazo, ya que con el paso del tiempo el organismo comienza a acostumbrarse a los nuevos niveles hormonales. Sin embargo, cada embarazo es único y por tanto los síntomas pueden variar en cada caso.
Las hormonas son esenciales para garantizar que la gestación se desarrolle de forma adecuada, y conocer sus niveles puede alertar de posibles complicaciones durante el embarazo. Como hemos visto, los niveles de determinadas hormonas se combinan con otros parámetros en la prueba del cribado combinado del primer trimestre, lo que permite conocer el riesgo de cromosomopatías en el feto como el síndrome de Down. Esta prueba presenta una tasa de detección del 90%, lo que implica que, de cada 100 fetos con síndrome de Down, 10 no serán detectados.
Gracias al avance de la tecnología, hoy en día contamos con un cribado prenatal mucho más completo y fiable, en el que, en lugar de establecer un valor estadístico de riesgo analizando los niveles de hormonas junto con otros parámetros, se analiza directamente ADN libre fetal presente en la sangre de la madre.
Estos test se conocen como test prenatales no invasivos (NIPT – Non Invasive Prenatal Test). Desde Veritas te ofrecemos myPrenatal, el test prenatal no invasivo más completo, con el que además de conocer el riesgo a cromosomopatías comunes y no comunes, podrás saber el sexo de tu bebé y detectar la presencia de otras alteraciones cromosómicas a partir de la semana 10 de gestación. Todo ello con solo una muestra de sangre materna.
¿Quieres más información? Estaremos encantados de responder a todas tus dudas.
Maria Moreno - Medical Science Liaison Manager
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