Cuestión de Genes
Las causas de la esquizofrenia, un severo trastorno mental que afecta al 1 % de la población mundial, son en parte genéticas y en parte ambientales.
El número de genes asociados a esta enfermedad es muy elevado, por lo que resulta difícil determinar de forma clara cuáles son los genes candidatos, es decir, los genes causantes. En este artículo te contamos los últimos avances e investigaciones en este sentido y te los explicamos.
La palabra esquizofrenia significa “mente dividida” (del griego σχίζειν “dividir” y φρήν “mente”), término que refleja las alteraciones en el pensamiento que presentan los pacientes con esta patología.
Aunque normalmente hablamos de esquizofrenia como de un trastorno aislado, hoy en día sabemos que esta enfermedad consiste en un grupo heterogéneo de síndromes que presentan distintos síntomas y desarrollos.
La esquizofrenia es una enfermedad mental grave, que deteriora las capacidades de una persona en diversos aspectos: desde el plano emocional, a la percepción o el pensamiento. Dada su aparición a una edad temprana, en un principio se consideró como una demencia precoz, aunque más tarde se fue definiendo como un conjunto de enfermedades.
No existen pruebas de laboratorio ni de imagen que determinen el diagnóstico de la enfermedad. Este se realiza mediante la observación de signos y síntomas así como con la recopilación de información del entorno sociofamiliar. A veces también se usan cuestionarios y criterios que permiten orientar al especialista acerca de los síntomas y características de cada paciente.
La esquizofrenia suele aparecer en adultos jóvenes que, de media, tienen entre 28 y 30 años. Los primeros síntomas pueden ser de tres tipos:
Lo habitual es que los pacientes tengan síntomas de todos estos grupos, por eso decimos que el fenotipo que presentan es muy heterogéneo.
El fenotipo hace alusión a los rasgos individuales que se expresan en cada paciente, en función de su genotipo y también de las influencias ambientales (por ejemplo, estilo de vida, medicamentos, dietas, etc.).
El conjunto de síntomas de cada persona suele ser heterogéneo, es decir, suelen presentar síntomas de los 3 grupos. Además, los síntomas y su intensidad pueden ir cambiando con el tiempo.
El diagnóstico de esquizofrenia y la determinación del tipo que afecta específicamente a un paciente, deben realizarse siempre por parte de un experto. Aquí enumeramos los tipos de esquizofrenia y sus características generales:
El mecanismo fisiológico que desencadena la esquizofrenia, no está claro del todo. Diferentes hipótesis sugieren que las alteraciones neurológicas responsables de los síntomas de la esquizofrenia son consecuencia de desórdenes (causados por distintos motivos) en los niveles de neurotransmisores: por ejemplo, un exceso de dopamina, una mayor sensibilidad a este neurotransmisor, o su interacción con el glutamato.
En cuanto a las causas de la esquizofrenia, es una enfermedad multifactorial. ¿Qué quiere decir esto? Como te explicamos en el artículo Enfermedades y tipos de herencia genética, una enfermedad multifactorial es aquella que se origina por el efecto combinado de variantes genéticas y factores ambientales.
Es decir, la esquizofrenia no está originada únicamente por la herencia genética, como sí ocurre en varias enfermedades de las que te hablamos en este artículo Enfermedades genéticas hereditarias: conoce las más frecuentes y las más raras, sino que requiere la interacción de otros elementos del entorno.
Muchos grupos científicos trabajan para tratar de establecer genes candidatos, es decir, genes vinculados a la enfermedad, pues conocerlos ayudaría a determinar la susceptibilidad genética de cada individuo a esta patología. Sin embargo, la tarea no es fácil. ¿Por qué?
Porque la esquizofrenia es una enfermedad compleja cuyo desarrollo se debe a la interacción de muchos genes.
Aunque, como decimos, las investigaciones actuales tratan de encontrar un gen o grupo de genes que impliquen un riesgo importante para desarrollar la patología, parece más probable que dicho riesgo se deba a la combinación del efecto de varios genes que interactúan a través de diversos mecanismos para aumentar la susceptibilidad de un individuo a presentar la enfermedad.
La evidencia científica actual se basa en estudios de asociación en los que se analizan unas variantes genéticas denominadas SNPs (polimorfismos de nucleótido único), que han mostrado relación con la enfermedad.
El problema es que, mientras que el riesgo asociado a cada variante es pequeño, la integración de muchas de ellas sí que aporta una carga genética de riesgo. Por eso, en familias en las que algún miembro padece esquizofrenia, la probabilidad de padecerla varía en el resto de familiares en función del parentesco con el paciente.
Se considera que la heredabilidad de la esquizofrenia es del 80%. Como podemos ver en la siguiente tabla, en estudios de gemelos monocigóticos (comparten el 100% de su ADN) el riesgo es del 48%, mientras que en gemelos dicigóticos o mellizos (comparten de media el 50%) este riesgo es del 17%.
Los estudios en estas familias permiten llegar a dos conclusiones:
Algunos estudios han concluido que existen grupos de genes que actúan en conjunto alterando la estructura y determinadas funciones cerebrales, y esto da lugar a la enfermedad.
El artículo publicado en 2015 en el American Journal of Psychiatry, por el equipo del Dr. C. Robert Cloninger, determinó la presencia de hasta 40 grupos de variantes genéticas (SNPs) relacionadas con diferentes síntomas, como por ejemplo el lenguaje o comportamiento desorganizado, que aumentan la probabilidad de presentar la patología.
Aunque los genes, de manera aislada, tienen poco peso en el desarrollo de la enfermedad, cuando existen variantes genéticas en el grupo de genes, el riesgo aumenta de manera importante.
Como acabamos de ver, el desarrollo de la esquizofrenia está condicionado en parte por factores genéticos, pero, además, existen factores de riesgo ambientales como los siguientes:
Como has podido ver en este artículo, la esquizofrenia es una enfermedad mental severa que se produce por una combinación de factores genéticos y del entorno actúan de manera coadyuvante para despertar los síntomas que caracterizan esta patología.
En cuanto a las causas de la esquizofrenia de tipo genético, a modo de síntesis, podemos decir que el riesgo de presentar la enfermedad aumenta cuando se posee determinada carga poligénica (relacionada con varios genes). Esta se evalúa por el análisis de variantes concretas en muchos genes. Dichas variantes pueden agruparse, según estudios actuales, en función de la sintomatología a la que dan lugar a causa del proceso neurológico con el que están relacionadas. Cada avance en la investigación supone un paso adelante y sienta las bases para discernir las causas y mecanismos biológicos alterados en esta patología.
Esperamos que este artículo te haya ayudado a comprender mejor los mecanismos de esta enfermedad que, como has podido ver, tiene un origen complejo. Desde Veritas seguiremos informándote de los avances que haya en la investigación sobre las causas de la esquizofrenia, pues estos son imprescindibles para desarrollar tratamientos más efectivos y mecanismos de prevención.
En Veritas ponemos a tu alcance pruebas genéticas que te permiten utilizar el conocimiento actual en genómica para que puedas cuidar tu salud de forma proactiva. Este tipo de prueba supone una revolución para el paciente sano, aportando información de gran valor para prevenir enfermedades en ti y en tu familia. Si quieres más información, no dudes en contactar con Veritas.
Bibiana Palao - Directora Departamento Científico
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1 comentario
Lorena Gaviria
2 abril, 2020 6:03 pm
Interesante estudio, gracias por compartirlo. https://www.dralorenagaviria.com/