Cuestión de Genes
Hoy en día cada vez es más frecuente tener un embarazo a los 40 años o pasados estos. Sin embargo, a esta edad es más difícil quedar embarazada y, además, la gestación implica ciertos riesgos. Por suerte, algunas de estas complicaciones se pueden prevenir gracias a los avances de la ciencia. ¿Te gustaría saber más?
En este artículo te contamos cuáles son las complicaciones más frecuentes asociadas a un embarazo a partir de los 40 años y qué puedes hacer para evitarlas.
El estilo de vida actual lleva a muchas mujeres a retrasar la maternidad hasta los 40 años. Uno de los factores que más influyen en esta decisión se encuentra en la estabilidad laboral, que en muchos casos no se alcanza hasta bien entrados los 30. Por este motivo, ser madre primeriza rondando la cuarentena es cada vez más frecuente.
Si bien es importante entender que, aunque nos cuidemos y nuestra salud global y condición física a esa edad sea muy buena, incluso mejor que en etapas anteriores de nuestra vida (muchas veces nos cuidamos más que durante la veintena), es inevitable que el organismo vaya cambiando con la edad. A los 40 años, las probabilidades de lograr un embarazo de forma natural son de solo un 5% en cada ciclo. Y a partir de los 45 caen en picado hasta el 1%. En caso de conseguir un embarazo natural, el riesgo de aborto aumenta en un 50% y el de anomalías genéticas en el feto es de un 1-12%.
El embarazo es un proceso que viene acompañado de numerosos cambios físicos e implica un sobreesfuerzo para el organismo de la mujer. Por eso, aunque las complicaciones pueden ocurrir a cualquier edad, a partir de los 40 años se incrementa el riesgo de varias patologías, entre las que destacan:
Vemos que el riesgo de sufrir complicaciones aumenta a partir de los 40. Por eso, si quieres quedarte embaraza a partir de esta edad, es recomendable que antes te realices un chequeo completo que permita descartar patologías que puedan complicar más la gestación. Además, durante el embarazo será necesario que las revisiones incluyan un control médico más exhaustivo.
En estas revisiones se controlará principalmente:
Las mujeres nacen con un número determinado de folículos (aproximadamente 1 millón), que son las estructuras que contienen los óvulos. La cantidad y calidad de los óvulos van disminuyendo a medida que pasan los años, y muchos de estos folículos sufren una degeneración, por lo que no llegan a madurar el óvulo. Los hombres, en cambio, continúan produciendo espermatozoides durante toda su vida.
A los 40 años, la reserva ovárica de la mujer está muy disminuida y además, los óvulos que quedan, normalmente son de baja calidad, siendo frecuente que presenten alteraciones en el número de cromosomas. Si esto ocurre, al ser fecundado por el espermatozoide, en vez de formarse un embrión con 46 cromosomas, puede que en el embrión falte o sobre un cromosoma. Esto es lo que sucede en el síndrome de Down, donde existe un cromosoma adicional (tres cromosomas 21 en lugar de los 2 esperados). El riesgo de síndrome de Down aumenta exponencialmente en mujeres a partir de los 35 años, por lo que implica un riesgo considerable a los 40.
También pueden ocurrir alteraciones en el número de cromosomas en otros cromosomas distintos al 21, esto en la mayoría de los casos provoca que el embarazo no progrese y ocurra un aborto espontáneo. Esta es la razón por la que los abortos son más habituales en embarazos a los 40 años o más.
La edad reproductiva óptima de la mujer está en torno a los 20 años, y la fertilidad comienza a decaer de forma notable a partir de los 35.
Mientras que a los 30 años una mujer sana y fértil tiene un 20% de probabilidades de lograr un embarazo en cada ciclo, a los 45 años esta probabilidad es solo del 1%.
La pérdida de la fertilidad suele darse sobre los 45 años, antes de comenzar la menopausia. Sin embargo, según datos de la última encuesta de fecundidad del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2018 el 79,2% de mujeres en España de entre 25 y 29 años aún no había tenido hijos.
El paso del tiempo también afecta a la calidad del esperma y durante mucho tiempo se pensaba que se producía a partir de los 60 años, pero cada vez hay más artículos que muestran que la calidad del esperma disminuye a partir de los 40, observándose mayor presencia de alteraciones en el ADN.
A partir de los 40 años es importante que los controles de salud sean exhaustivos, tanto antes de planificar el embarazo como durante el mismo, para detectar posibles patologías precozmente.
Gracias a los avances de la ciencia, es posible detectar anomalías cromosómicas durante el embarazo que, como hemos explicado, son más frecuentes a esta edad. Por otro lado, en caso de que una mujer no pueda quedarse embarazada de manera natural, también hay opciones para lograr un embarazo. A continuación, vamos a ver algunas de ellas.
Esta técnica de fecundación in vitro emplea óvulos de donantes cuando la mujer no puede conseguir un embarazo con sus propios óvulos.
La ovodonación permite una mayor probabilidad de embarazo en mujeres de más de 40 años, con un menor riesgo de alteraciones cromosómicas. Sin embargo, en algunos casos puede generar ansiedad y dudas, ya que la mujer debe comprender que con este proceso no se transmite su información genética.
Esta técnica consiste en congelar los óvulos de la mujer idealmente durante la segunda década de su vida, o al menos antes de los 35. Durante la veintena es cuando los óvulos presentan mayor calidad, para poder utilizarlos en un futuro, cuando desee quedarse embarazada.
El cribado genético preimplantacional (CGP) es una técnica que puede utilizarse en los casos de fecundación in vitro, cuando existe una indicación médica. Consiste en analizar si existen alteraciones cromosómicas, es decir, nos permite saber si la dotación genética del embrión es la adecuada antes de que se implante en el útero. Esta prueba está indicada en casos de abortos de repetición o cuando la edad materna es avanzada, y permite implantar embriones con óvulos propios en los que se ha descartado la presencia alteraciones cromosómicas frecuentes.
Como ves, aunque las complicaciones son mayores a esta edad, hoy en día la ciencia nos da herramientas inimaginables hace algunos años, que hacen posible tener un embarazo a los 40 años o más edad y prevenir algunos de los riesgos asociados.
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En definitiva, myPrenatal es una prueba fiable, rápida y segura, con la que se estudian posibles anomalías en los cromosomas del futuro bebé, pudiendo así llevar el embarazo con más tranquilidad. Si deseas informarte más, no lo dudes, contacta con Veritas. ¡Estaremos encantados de responder a tus preguntas!
Manuela Chica
Product Specialist
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1 comentario
Alejandra
20 enero, 2024 5:59 pm
necesito más información. sobre el examen prematuro para saber si mi embarazo está bien