Cuestión de Genes
El embarazo es una etapa en la que se producen múltiples cambios en el organismo de la mujer que continúan tras dar a luz. Estos cambios son tanto fisiológicos como psicológicos y ayudan a que el cuerpo se recupere tras el parto. En algunas ocasiones, estos cambios pueden producir molestias e incluso alguna complicación. ¿Quieres saber cuáles son los cuidados posparto esenciales durante este periodo? Te los contamos a continuación.
Comprende la etapa de la vida de una mujer tras dar a luz, ya sea mediante parto vaginal o cesárea, y finaliza cuando el organismo ha recuperado prácticamente todas sus características fisiológicas previas a la gestación. Aunque la duración de esta etapa es única en cada caso, suele comprender unas 6 semanas, finalizando cuando aparece de nuevo la menstruación, aunque en mujeres que optan por la lactancia materna puede alargarse.
Durante esta etapa, además de cuidar al nuevo miembro de la familia, los cambios hormonales, psicológicos y fisiológicos pueden causar inseguridades, cansancio o preocupaciones, totalmente normales en este periodo.
El puerperio, se divide principalmente en 3 etapas:
A continuación, vamos a explicar distintos cambios que suceden durante esta etapa, viendo algunos consejos para evitar sus molestias.
Uno de los primeros cambios que una mujer observa en su cuerpo tras dar a luz es la pérdida de peso. Solamente tras el parto, suelen perderse 5 kilos, que correspondían al bebé, la placenta y el líquido amniótico. Esta disminución continua tras el parto y la velocidad en la que se pierde peso depende de muchos factores, entre ellos, del peso ganado durante el embarazo.
Muchas veces se quiere recuperar el peso normal en poco tiempo, sin embargo, no conviene realizar determinadas dietas o ejercicios para intentar acelerar este proceso. Es importante seguir las pautas que nos dé el especialista.
En cuanto a la alimentación, se recomienda continuar con una dieta variada y equilibrada, que aporte todas las vitaminas, nutrientes y minerales, que sea especialmente rica en hierro y calcio, necesarios para la madre. La alimentación adquiere un papel relevante, más aún, si la madre da el pecho, ya que la composición de la leche materna dependerá exclusivamente de los alimentos que consuma la madre. En este último caso, es conveniente saber que ciertos alimentos pueden alterar el sabor de la leche como el ajo o los espárragos y además será necesario consultar con el especialista la cantidad diaria de determinados productos como el café que se puede tomar. Al igual que durante el embarazo, el consumo de alcohol es perjudicial, ya que pasa al organismo del bebé a través de la leche.
También es necesario tener precaución con los suplementos vitamínicos. Deberá consultar con el especialista si es necesario continuar con los mismos suplementos, ya que en algunas ocasiones la recomendación será suprimirlos y en otras puede ser necesario modificar el suplemento para que, por ejemplo, sea rico en hierro y calcio.
En cuanto al ejercicio físico, se recomienda la movilización a las 12 horas si se trata de un parto vaginal, y a las 24 horas si se ha realizado mediante cesárea, intentando evitar así complicaciones urinarias, digestivas y vasculares y favoreciendo el drenaje de los loquios, que luego describiremos.
Pasadas estas 12/24 horas, se recomienda un reposo relativo durante al menos una semana y comenzar a realizar ejercicio moderado dando paseos, siempre que la madre se encuentre bien, para favorecer la circulación y ayudar a recuperar el tono muscular.
Para realizar actividades físicas más intensas, debe esperarse hasta el final del puerperio y siempre es necesaria la supervisión del especialista para confirmar si el cuerpo de la madre está realmente preparado.
Es común que al inicio de este periodo se produzca un estreñimiento, que puede deberse a múltiples causas: disminución de los movimientos intestinales, hemorroides… esto suele normalizarse pasados unos días, aunque tomar alimentos ricos en fibra ayuda a mejorar esta situación.
Es frecuente que la cantidad de orina sea mayor que antes del embarazo, ya que se eliminan los líquidos acumulados durante el embarazo y el parto, e incluso, en algunas ocasiones, puede producirse cierta incontinencia. Para esto último, se recomienda realizar ejercicios de Kegel que ayudan a fortalecer el suelo pélvico.
El tamaño del pecho aumenta en este periodo, aunque la madre opte por la leche de fórmula. En determinadas ocasiones puede originarse una inflamación del pecho, conocida como mastitis, la cual puede acompañarse o no de infección, causando dolor, enrojecimiento o incluso fiebre. La mastitis se produce cuando no se elimina toda la leche en cada toma. Para evitar esta complicación, muchas veces será recomendable el uso de sacaleches si el lactante no completa las tomas.
Además, al comienzo de la lactancia pueden aparecer las conocidas grietas en los pezones. Suelen aparecer si el bebé no amamanta adecuadamente y para prevenir su aparición es fundamental que la boca del bebé abarque la mayor parte de la areola. Además, se recomienda mantener la zona seca, evitando lavarse entre tomas. En ocasiones muy concretas es posible que el especialista recomiende el uso de un tratamiento específico.
Estas contracciones dolorosas se producen sobre todo en los primeros días tras el parto y pueden intensificarse al dar el pecho, aunque normalmente desaparecen al 5º día tras dar a luz. Estas contracciones se deben a que el útero disminuye su tamaño y su peso, y se introduce de nuevo en la cavidad pélvica, causando al mismo tiempo una reducción del tamaño del abdomen. Es normal sentir dolor ya que el útero pasa de pesar aproximadamente 1,2 kg a 100 gramos al final del puerperio.
Si el dolor es muy intenso, pueden utilizarse analgésicos, siempre consultando con el especialista cual es el más indicado, y más aún si se ha optado por la lactancia materna.
Los loquios pueden definirse como un sangrado del aparato genital femenino, causados por la cicatrización de la herida que produce la expulsión de la placenta. Este sangrado puede acompañarse por la presencia de coágulos de sangre y puede prolongarse hasta que vuelve a aparecer la menstruación, lo que suele ocurrir 40 días tras el parto. En aquellas madres que hayan decidido dar el pecho, la menstruación puede llegar a retrasarse hasta que finalice la lactancia, aunque cada caso es diferente.
Si los loquios presentan un olor muy intenso, pueden indicar la presencia de alguna complicación, por lo que es importante que la madre vigile estas pérdidas y consulte con el especialista ante cualquier duda.
Además, es importante entender que la ausencia de menstruación no indica la imposibilidad de quedarse embarazada de nuevo, por lo que si se quiere evitar otro embarazo seguirá siendo necesario tomar precauciones. Sin embargo, los métodos anticonceptivos deberán ser consultados con el especialista, quien también indicará cuál es el momento indicado para retomar las relaciones sexuales con coito, que por lo general no se recomiendan hasta que acaben los loquios y se curen todas las heridas del aparato genital.
Si el parto se ha producido por vía vaginal, puede que se hayan producido edemas que desaparecerán aproximadamente 3 semanas después, sin embargo, la reparación total de las paredes de la vagina se demora unas 6 semanas. Por este motivo, hasta el final del puerperio no se deben utilizar tampones o realizar lavados vaginales. Ante cualquier dolor intenso o complicación se recomienda acudir al especialista.
Es importante limpiar la zona con agua tibia al menos 4 veces al día o cada vez que se acuda al servicio, y secar con cuidado la zona. Si la madre puede incorporarse sin ayuda, es indicativo de que podrá ducharse, aunque siempre es recomendable que los primeros días haya alguien cerca. Sin embargo, los baños ya sean en piscinas o bañeras no se recomiendan hasta la desaparición de los loquios.
Si el parto se ha producido mediante una cesárea, generalmente los puntos se quitan tras 10-14 días, y deberá cuidar la herida, siguiendo las recomendaciones del especialista. Ante cualquier cambio en el color o si presenta inflamación en la zona, será esencial acudir al médico.
La madre puede experimentar sentimientos de tristeza, cambios de humor y sensibilidad, lo cual es común debido a los cambios hormonales que se producen tras el parto y la necesidad de adaptarse a la nueva vida con un recién nacido. Estos cambios emocionales suelen durar unos 10 días y para atenuarlos es muy importante descansar adecuadamente, por lo que es fundamental pedir ayuda a la pareja, familia o amigos para el cuidado del recién nacido o las tareas cotidianas como ir a comprar, cocinar, etc.
Sin embargo, si la duración de este estado emocional se alarga o se producen cambios de humor muy intensos, es importante acudir al especialista para descartar que se trate de depresión posparto, algo común, ya que se estima que cerca del 15% de las gestantes desarrollan depresión posparto. En estos casos será necesario realizar un seguimiento específico.
Una vez que se abandona el hospital, la primera revisión se realiza a los 7-10 días, donde se valora el estado de salud de la mujer y se concertará la siguiente revisión, que generalmente será cuando finalicen los loquios.
Por lo general, se recomienda retomar las revisiones ginecológicas habituales incluyendo la realización de una citología una vez se recupere el ciclo menstrual o al finalizar la lactancia materna.
Aunque la madre se encuentre bien, es imprescindible que acuda a estas revisiones. Además, en cualquier momento que sienta alguna molestia fuera de lo común como fiebre superior a 38°C o dolor en una de las extremidades, es importante acudir al especialista para comprobar que no existen complicaciones y que todo sigue su curso de manera correcta.
Como has visto, durante este periodo se producen múltiples cambios en el organismo de la madre, que además de preocuparse por su salud, está volcada en la salud de su pequeño. Desde Veritas, ponemos a tu disposición myNewborn, el complemento perfecto a la prueba del talón que estudia más de 300 enfermedades genéticas de aparición en la infancia. Esta prueba permite adaptar el cuidado del recién nacido de manera personalizada, pudiendo en algunos casos evitar la aparición de la enfermedad o disminuir la gravedad de los síntomas. Si quieres saber más, no dudes en contactar con nosotros.
Maria Moreno - Medical Science Liaison Manager
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