Cuestión de Genes
¿Sabías que las alergias alimentarias en bebés, principalmente en países occidentales, han aumentado en los últimos años? En este artículo te contamos cuáles son las más frecuentes, cómo reconocerlas y te damos más información acerca de la posibilidad de que desaparezcan a lo largo de la vida.
¿Qué son las alergias alimentarias?
La alergia es una respuesta alterada del sistema inmune ante una sustancia denominada alérgeno, que por sí misma es inofensiva. El sistema inmunológico, que tiene la función de defender nuestro organismo, reacciona ante una sustancia inocua como si esta fuera dañina y actúa para eliminarla. En el caso de las alergias alimentarias, estos alérgenos son alimentos, de manera que la reacción alérgica se produce cuando la persona ingiere el alimento frente al que presenta sensibilidad.
Generalmente el mecanismo por el que se produce la reacción alérgica es la producción de anticuerpos tipo IgE. Estos anticuerpos producen una reacción en el organismo que provoca los síntomas relacionados con la reacción alérgica o anafiláctica. Estos síntomas generalmente son inmediatos y su gravedad suele estar relacionada con la cantidad de alimento que el niño ha ingerido.
No todos los componentes de los alimentos son potenciales alérgenos, generalmente son proteínas que forman parte de un alimento concreto. En las alergias alimentarias puede darse lo que se llama reactividad cruzada. Esta ocurre cuando el sistema inmunológico, además de reaccionar contra el alérgeno original, también lo hace contra otros parecidos. Por ejemplo, puede suceder con alimentos que pertenecen a una misma familia, como diferentes mariscos o frutos secos. Por este motivo cuando se sospecha de alergia a un determinado alimento se realiza el análisis de otros alimentos que suelen estar relacionados.
Se estima que las alergias afectan a un 35% de niños, y también que este número crece un 2% cada año según la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica. De acuerdo con un trabajo publicado por la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica, las visitas a urgencias por alergias aumentaron un 214% entre 2005 y 2014, principalmente en bebés y niños pequeños (entre los 0 y los 2 años). Se cree que este aumento puede deberse a varios motivos, entre los que se encuentran los cambios alimenticios o la combinación atmosférica. Los alimentos que más alergias causaron fueron los frutos secos.
Puede ser más complicado reconocer la presencia de alergia en un niño muy pequeño o un bebé. Existen síntomas leves o síntomas más graves que pueden indicar un shock anafiláctico. Algunos de los síntomas leves son:
En cuanto a su momento de aparición, los síntomas de una alergia en bebés suelen manifestarse de forma inmediata tras el consumo del alimento, y siempre dentro de las dos primeras horas tras su ingesta. Hay grados de sensibilidad, por lo que hay pacientes que pueden tolerar trazas del alérgeno en su alimentación y otros reaccionan al mínimo contacto.
En el caso de algunos alimentos, como las legumbres o el pescado, la inhalación de los vapores emanados durante su cocinado puede producir síntomas, por lo que se recomienda evitarlos.
El shock anafiláctico es una reacción alérgica grave, se produce generalmente cuando se ve afectado más de un sistema corporal (dos o más órganos afectados). Se inicia y progresa rápidamente pudiendo poner en peligro la vida de la persona. Los síntomas más comunes de un shock anafiláctico son:
Un shock anafiláctico puede poner en riesgo la vida, por eso es imprescindible buscar atención médica de forma urgente.
La ingesta de alimentos puede causar otras reacciones adversas que no están relacionadas con una reacción alérgica y por lo tanto no debemos confundirlas:
Las alergias alimentarias normalmente empiezan antes de los dos primeros años de vida. A partir de entonces, van disminuyendo y pueden llegar a desaparecer, algo que es más probable con algunos tipos de alimentos, como veremos más adelante. Los padres de un niño alérgico deben acostumbrarse a mirar con cuidado las etiquetas, ya que hoy en día con la gran cantidad de procesados que hay en el mercado el temido alérgeno puede aparecer en el alimento que menos esperamos. Generalmente aparecen en negrita en la etiqueta. En función de su nivel de sensibilidad hay niños que toleran trazas y otros que necesitan una exclusión total de estos alimentos en su dieta.
A continuación, te mostramos cuáles son las alergias alimentarias más habituales en bebés y durante la primera infancia.
Esta alergia, una de las más comunes en la primera infancia y se produce al comenzar la administración de leche de fórmula a base de leche de vaca. Cuando un niño padece este tipo de alergia no es posible darle otros tipos de leche como la de cabra u oveja, ya que son muy similares a la de vaca y puede producirse, como hemos mencionado antes, una reactividad cruzada. Lo ideal es alargar todo lo posible la lactancia materna, sin retrasar la inclusión de otro tipo de alimentos en la dieta del bebé.
En caso de que no se opte por la lactancia materna, existen en el mercado fórmulas hipoalergénicas preparadas para estos casos. Es muy importante no confundir la alergia a la proteína de leche de vaca con la intolerancia a la lactosa en bebés, ya que esta tienen un origen y un manejo diferente.
Esta alergia suele manifestarse en bebés en el momento en el que se introduce el huevo en su dieta, algo que habitualmente se hace entre los 8 o 9 meses de vida. En algunos casos, aunque son los menos, puede aparecer más tarde. Dentro de la alimentación complementaria del niño, se comienza con la yema y normalmente la tolerancia es buena. Una vez tolerada la yema se introduce la clara y generalmente es en ese momento cuando aparece la alergia, ya que contiene más proteínas.
Las personas con alergia al huevo de gallina normalmente presentan reactividad cruzada con huevos de otras aves como por ejemplo pato o codorniz, por lo que tampoco pueden consumirlos. Es importante mirar bien las etiquetas ya que el huevo es parte de muchos alimentos como por ejemplo los rebozados y ciertas salsas.
Hay que aclarar que la alergia al trigo no es lo mismo que la intolerancia al gluten o celiaquía ya que en este caso no intervienen anticuerpos tipo IgE. La diferencia principal a nivel alimenticio es que un niño con alergia al trigo puede comer otro tipo de cereales (como cebada, centeno o avena), mientras que si es celíaco no puede ingerir ningún alimento que contenga gluten (alimentos que contengan trigo, cebada, centeno, avena, kamut, espelta, etc).
Estas alergias surgen cuando, alrededor de los dos años de edad, se introducen en la dieta los cacahuetes (clasificados como un tipo de legumbre) o los frutos secos. Si el niño es alérgico hay que estar muy pendientes y revisar las etiquetas ya que en muchos casos los alimentos contienen frutos secos o cacahuetes o trazas de ellos. En función de su nivel de sensibilidad hay niños que toleran trazas y otros que necesitan una exclusión total de estos alimentos en su dieta.
La alergia al pescado se puede presentar frente a ciertas especies, es posible que se presente frente a una especie o frente a varias. En el caso de la alergia al marisco, se puede tener alergia a una familia de alimentos como los crustáceos (como por ejemplo las gambas) o los moluscos (como por ejemplo las almejas). Este tipo de alergia puede aparecer en la infancia o en la edad adulta, cuando aparece en este momento es más difícil que desaparezca.
Tanto en el caso de la alergia al pescado como en el caso de la alergia al marisco lo habitual es que la persona manifieste los síntomas al ingerir los alimentos, pero algunas personas también lo hacen solo con tocarlos o al inhalar el vapor del cocinado.
Hay que tener precaución porque podemos encontrar este tipo de alérgenos en medicamentos, gelatinas, bebidas, etc.
La importancia del diagnóstico en las alergias alimentaria
Si se sospecha que el niño puede presentar alergia, es fundamental confirmar el diagnóstico, para asegurarnos que no se trata de una reacción adversa a alimentos, por otro lado para identificar con seguridad el alérgeno y, por último, para detectar si el niño presenta reacciones cruzadas habituales relacionadas con dicho alergeno.
En la consulta del alergólogo se suelen seguir los siguientes pasos:
La única forma de prevenir una alergia alimentaria es evitar exponerse al alimento que la provoca, ya sea evitando la ingesta, el tacto o la inhalación.
En ocasiones es complicado evitar la exposición a alérgenos, ya que algunos de ellos se encuentran en muchos alimentos procesados y pueden ser más difíciles de evitar. Como hemos dicho anteriormente existen diferentes grados de sensibilidad, hay niños que presentan una sensibilidad muy elevada y pueden necesitar atenciones especiales. Dependiendo del alérgeno es posible que existan tratamientos de desensibilización, este tipo de tratamientos hay que tratarlos y consultarlos con el alergólogo ya que se realizan con un seguimiento exhaustivo. Normalmente se usa con alimentos considerados básicos para la nutrición, como los huevos o la leche.
Si se produce un episodio de reacción alérgica, generalmente se siguen dos protocolos, uno más leve cuando los síntomas afectan a un sistema corporal y otro más fuerte cuando existen dos sistemas afectados. Este tipo de tratamientos los pauta el alergólogo y ante cualquier duda debemos consultarle. Es clave que tengamos claro qué hacer en estos casos. Los medicamentos que se suelen utilizar en caso de reacción alérgica son:
¿Con el tiempo pueden desaparecer algunas alergias alimentarias en bebés?
Por suerte, muchas de las alergias alimentarias que aparecen antes de los dos primeros años de vida, van disminuyendo hasta desaparecer con el paso del tiempo. Este proceso se llama desarrollo de tolerancia, y en él influyen tanto factores individuales como el tipo de alimento que producen la alergia. Por ejemplo en el caso de las alergias a la proteína de leche de vaca, al huevo, a la soja y al trigo, suele haber desarrollo de tolerancia y desaparecen alrededor de los cinco años de edad, mientras que las alergias al cacahuete o al pescado son más persistentes.
En todo caso, si tu bebé ha sido diagnosticado con alguna alergia alimentaria, el pediatra le realizará periódicamente pruebas para determinar si están remitiendo.
¿Sabías que, durante los primeros años de vida, además de alergias, pueden aparecer muchas otras patologías? Si se detectan de forma temprana es posible reducir sus síntomas o, incluso, evitar su aparición. En Veritas ponemos a tu disposición pruebas específicas para cuidar de la salud de tus hijos desde el inicio de su vida. Si quieres asesoramiento, no dudes en contactar con nosotros. ¡Estaremos encantados de informarte!
Bibiana Palao - Directora Departamento Científico
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